Huertos para niños

Una buena cosecha de conocimiento, requiere una buena siembra de hábitos.


Los huertos han demostrado ser una gran herramienta para mejorar diferentes condiciones intrínsecas en las personas y con los niños no es la excepción. Si bien es cierto que la finalidad "principal" de los huertos urbanos es proporcionarnos solvencia de alimentos, también es cierto que detrás del proceso que conlleva desarrollar un huerto, hay una serie buenos hábitos que adquirimos en el camino. Tales como contribuir con una educación medioambiental y con un desarrollo individual y social, además de que sirven para reforzar materias básicas del aprendizaje como la lectura, escritura. biología y la aritmética.

Los niños aprenden y desarrollan técnicas que les ayudan a su formación y a divertirse en este proceso. Una buena manera de iniciar con este proceso es por medio de Mi Primer Edén, que tiene desarrolladas diversas actividades pedagógicas dirigidas a los niños para poder cultivar un buen aprendizaje y cosechar conocimientos.

Es importante que en todo este proceso de desarrollo de actividades, seamos consientes de los valores que logramos desarrollar en nuestros niños. La responsabilidad es uno de ellos, ya que nos hacemos cargo de otro ser vivo para procurar su riego y sus necesidades de luz, valores como el Trabajo en equipo e integración resultan otras dos fortalezas que trabajamos en el huerto, además de la resiliencia que adquirimos al sobreponernos a los pequeños errores que podamos cometer en el proceso. Todos estos valores son muy importantes de fortalecer a temprana edad, dadas las condiciones de la sociedad en la que vivimos y el tener un edén en casa, ayuda mucho a incentivar y fortalecer estas cualidades.

La manera mas sencilla de empezar es por medio de la siembra de rábanos y lechugas que podríamos considerar como los dos cultivos más "nobles" para los principiantes. Estos dos cultivos son de fácil crecimiento y podremos estar obteniendo cosechas de manera rápida.

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